"No. No. No. No, no, no, no, no..."
Es todo lo que pasó por mi mente cuando te vi.
"No, no. Por favor, no."
"Por favor..."
En cuanto te vi lo supe.
Y no quería. No quería saberlo. No quería admitirlo.
"No, no..."
Seguía retumbando en mi cabeza.
"No."
Aún lo oigo en forma de eco.
No lo pude evitar. Caí.
"No, no..."
No quería.
Sabía que me iba a terminar enamorando de ti y que ibas a terminar siendo una adicción y que iba a terminar rota, perdida. Y sabía que no te iba a importar.
Y así fue.
Acerté.
Y aún suena en mi cabeza ese ruego, esa súplica.
"No, por favor, no..."
Pero ya es tarde.
"No."

No hay comentarios:
Publicar un comentario