Era demasiado bueno para ser real. Demasiado para mi. Casi como un sueño. Y al final resulta que yo tenía razón, no era real. Solo era una distracción más para cuando tu día se volvía aburrido y no sabías qué hacer y no tenías a nadie más con quién hablar. Solo era eso, un pasatiempo. Nunca te importé, admítelo. Pero me di cuenta, no caí en tu trampa. Desperté de ese sueño, volví a la realidad. Y dolió, vaya si dolió, pero valió la pena, eso te lo aseguro. Me salvé de una buena.
Y sigo aquí, sola, sin ti, pero viva. Sobreviví. Resulta que no te necesitaba, me las apañé yo sola. No te necesitaba. Porque ya me llegará ese alguien que sí que valga la pena. Y sigo sin necesitarte.
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