viernes, 31 de julio de 2015

Mis demonios y tu fantasma.


Sentí cómo tu cuchillo se clavaba en mi espalda. Poco a poco, milímetro a milímetro. Sentí todo el dolor, cada segundo.
Vi cómo todo se esfumaba con el humo de tu cigarro. Cada recuerdo, cada sonrisa. Desaparece. Insignificante.
Te fuiste y me dejaste sola con mis demonios y tu fantasma. Me dejaste pudrirme en mi oscuridad, cuando la única promesa que me hiciste fue que estarías allí. ¿Y dónde estabas?
¿Dónde estabas cuando me ahogaba con las palabras que te quería decir pero no podía?
¿Dónde estabas cuando te llamaba en mis pesadillas todas las noches?
Dime, ¿dónde?
Pero ya he aprendido a decirle esas palabras que no pude decirte al primero que pase.
He aprendido a sufrir las pesadillas en silencio.
Y aún así, después de todo, no puedo vivir sin ti.

martes, 16 de junio de 2015

Vivir.

La verdad es que no sé lo que hago aquí. Yo no pertenezco a este lugar. Quiero cumplir mis sueños, viajar, vivir aventuras. No quiero esto, no quiero la rutina, no poder hacer nada, tener que estudiar todos los puñeteros días. Esto no es vivir. Si muero mañana, ¿qué habré hecho con mi vida que haga que haya valido la pena? No gran cosa. La gente está estancada en su día a día y ni siquiera se da cuenta. Yo no quiero que toda mi vida sea lo mismo todos los días, todos los meses, y que el único cambio que haya sea el del tiempo, que un día haga frío y otro calor. Yo quiero vivir la vida de forma que cuando esté a punto de terminar pueda pensar que ha valido la pena. Pero aún sigo aquí, estancada como los demás, que simplemente van con la corriente y viven esperando a que termine el día, la semana, el mes, el año... Me niego. Quiero huir de aquí a algún lugar lejano, sin un destino determinado, vivir aventuras, conocer gente. Quiero vivir, pero vivir de verdad.

lunes, 19 de enero de 2015

Naufragio.

Cuando solo sientes ese puto vacío en tu pecho que te consume, te convierte en la nada, te mata por dentro.
Solo quieres desaparecer del mundo, borrar toda señal de tu existencia y hundirte.
Hundirte, seguir hundiéndote. Porque sabes que si vuelves allí arriba, si vuelves a la superficie, el dolor será mucho peor.
¿Y qué si eres un cobarde o eres débil por dejarte arrastrar? Si ya no tienes fuerzas para luchar contra la corriente. Si ya no eres nada, solo eres ese vacío, ya te has dejado consumir. Ya nada importa.
Simplemente te hundes, te hundes, te hundes hasta que tocas fondo.
Tocas fondo, te ahogas, tragas agua hasta que tus pulmones se llenan de ella. Hasta que ya no hay nada. Solo hay negrura, más vacío y ahora, por primera vez, sientes miedo. Miedo de perderlo todo y de que ese sea tu final.
Rezas por que no sea así. Rezas por que se calmen las aguas. Intentas gritar, intentas nadar. Esperas a que alguien venga a por ti. A salvarte. Pero no llega nadie, no te oyen, no te rescatan.
Y entonces ocurre. Entonces flotas, flotas poco a poco hasta la superficie. Flotas con la corriente que te lleva. Y estás aliviado. No quieres volver a hundirte, ahora quieres seguir flotando, o incluso luchar. Sabes que encontrarás las fuerzas para hacerlo, las recuperarás.

.